Comunica tus ideas: Centroamérica necesita innovar

03/08/2022
Miztle Mejía
Nicaragüense. Promotor del emprendimiento en Centroamérica y fundador de iniciativas de incidencia y participación social.

¿La persona emprendedora nace o se hace? La palabra emprendimiento proviene del verbo emprender, que hace referencia a iniciar una obra o negocio. Suele ser un proyecto que conlleva un gran esfuerzo y se enfrenta a diferentes dificultades para alcanzar el éxito. Una de las principales características de una persona emprendedora es la pasión, ya que dejas todo para alcanzar esa meta, retándote a ti mismo(a) y obteniendo victorias y fracasos a lo largo del camino.

Saber a ciencia cierta si la persona emprendedora nace o se hace es complejo; sin embargo, no existe fórmula que nos permita encontrar aquello para lo que somos buenos o descubrir lo que nos podría gustar. Con esta pregunta suelo comenzar la mayoría de las conferencias dirigidas a jóvenes universitarios en las que he sido invitado como speaker y queda sin respuesta, justamente para invitar a la reflexión. ¿Por qué la juventud centroamericana no es más innovadora?

Estamos en la era de la creatividad, las universidades con mayor prestigio en el mundo están orientando sus programas de estudio hacia el desarrollo de la capacidad emprendedora de sus estudiantes. Por ejemplo, el Tecnológico de Monterrey, en México, se ha distinguido a nivel internacional por ser una de las primeras universidades que ha ofrecido programas que explícitamente desarrollan el espíritu emprendedor como parte fundamental en la formación de sus estudiantes (Milenio.com, 2014). Con esta premisa, en Centroamérica hay algunas iniciativas que están trabajando en este tema, pero todavía la academia sigue formando empleados no empleadores.

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Es importante que se promueva el emprendimiento desde las aulas de clases, esto será esencial para que los jóvenes asuman riesgos, sean independientes y tengan confianza en su futuro profesional. Desde el año 2014 vengo aportando mi granito de arena en este compromiso. Deseo que Nicaragua y Centroamérica logren desarrollar espacios inclusivos, participativos y tecnológicos. Hay que fomentar el emprendimiento desde la niñez, esta formación es necesaria para promover autonomía y superación ante la vida.

Los beneficios de desarrollar este proyecto de educación emprendedora desde la edad temprana son múltiples: se promueve la creatividad, la asertividad, la confianza en sí mismo y el pensamiento positivo. Por otro lado, también mejoramos la capacidad para resolver conflictos y toma de decisiones. A través de mi plataforma Comunica tus Ideas, fundada en el año 2014, logramos ver el cambio significativo de jóvenes participantes en las conferencias, workshops y espacios digitales, en estos últimos 7 años de trabajo. Eso me motiva a continuar apostando en la juventud.

Hay que promover más espacios de intercambio, formación empresarial e innovación en nuestra región. Cada vez hay menos oportunidades laborales para nuestros jóvenes por problemas políticos, sociales, económicos y si le sumamos a eso la falta de incentivos dentro de la academia para formar profesionales que se conviertan en empresarios no se permite el desarrollo efectivo de nuestra juventud. Limitamos sus ideas y sus sueños.

En el corto plazo serán menos requeridos los empleos industriales, a medida que evoluciona el mundo todo va digitalizándose y vamos a requerir más trabajos intelectuales y creativos ligados a la ingeniería y a la ciencia. “Mi generación la tuvo fácil: nosotros teníamos que ‘encontrar’ un empleo. Pero cada vez más nuestros hijos deberán ‘inventar’ un empleo –señaló Thomas Friedman en una columna de The New York Times– Por supuesto, los que tengan más suerte lograrán encontrar su primer trabajo, pero considerando la rapidez con la que está cambiando todo, hasta estos últimos deberán reinventar, readaptar e imaginar ese empleo mucho más de lo que tuvieron que hacerlo sus padres” (Friedman, 2013).

A nuestra juventud necesitamos ofrecerle una educación de calidad para que aproveche y pueda crear sus oportunidades; y de esta forma; genere un efecto multiplicador para apoyar a otros jóvenes. Además, se requiere fomentar intercambios a países más desarrollados para propiciar una nueva visión y desarrollar una región más innovadora y con pensamiento crítico.

Estamos en un momento de cambios en donde debemos crear nuestras oportunidades y, a mi juicio, no estamos preparando a nuestra juventud para hacer frente a estos cambios. No existe una política pública que ayude al joven emprendedor o emprendedora para que dé el primer paso. En Nicaragua, por ejemplo, la cifra de desempleo registra un alza considerable debido al contexto que se vive desde 2018 y que se agravó en 2020 por el brote de COVID-19.

Según el reporte del Banco Central de Nicaragua (BCN), tomando como base los registros del Instituto Nicaragüense de Seguridad Social (INSS), en agosto del 2020 el número de afiliación se ubicó en 695.867 personas empleadas en el sector formal, mostrando un incremento de 0,3% respecto al mes anterior (693.476 personas), y una disminución de 3,7% respecto a igual mes del año pasado (722.606 personas).

Con estas cifras, al menos en el panorama nicaragüense, es urgente activar y motivar a la juventud a realizar un emprendimiento innovador. Un extenso estudio del Banco Mundial sobre la innovación en Latinoamérica, publicado en 2004 con el título Muchas empresas, pero poca innovación, ofrece un panorama sombrío sobre la creatividad y productividad en América Latina. El estudio presentaba que “América Latina y el Caribe sufren de un rezago en innovación. En general, sus emprendedores introducen productos menos frecuentemente, invierten menos en investigación y desarrollo, y registran menos patentes que los emprendedores de otros partes del mundo” (Lederman, 2013).

Los países de Centroamérica y el caribe, según datos del Índice Mundial de Innovación 2018 se encuentran en las posiciones 54 (Costa Rica), 70 (Panamá), 92 (República Dominicana), 102 (Guatemala), 104 (El Salvador), y 105 (Honduras) de 164 países registrados. Nicaragua y Belize no aparece en el listado por la misma situación social y política.

¿Se puede desarrollar un espíritu de emprendimiento desde la adolescencia? Comencé a trabajar a los 14 años edad en medios comunicación en Nicaragua. Yo era un adolescente introvertido, con baja autoestima, pero con la certeza de que tenía una misión en la vida. Esta primera plataforma me permitió aportar socialmente a mi país. En esta primera etapa me involucré en promover los derechos y deberes de la niñez, adolescencia y juventud de Nicaragua a través de reportajes televisivos. También a conocer mis derechos y cumplir mis deberes como ciudadano.

La vinculación de trabajar desde mi juventud para la juventud me ayudó a promover diferentes proyectos. Me convertí en ciudadano activo y desde Comunica tus Ideas, plataforma empresarial y educativa que ayuda a promover una cultura de emprendimiento en Nicaragua y Centroamérica, logré becar e impactar en la vida de más de 3,000 jóvenes que participaron en conferencias con personalidades internacionales de CNN en Español y Univisión, en talleres de emprendimiento, en conversatorios y la respuesta a la pregunta del inicio ¿Se puede desarrollar un espíritu de emprendimiento desde la adolescencia? Es sí, pero con formación y seguimiento constante.

Deseo compartir mi visión sobre el emprendimiento en la juventud, sus retos y oportunidades en Nicaragua y la región centroamericana. Es importante primero poder identificar nuestros problemas para darles solución. Nicaragua enfrenta muchos retos de desarrollo social y económico. Existe falta de oportunidades en educación y desempeño profesional para los jóvenes de hoy. También es importante que comencemos a superar los problemas políticos, sociales y económicos que no nos dejan avanzar. Nicaragua y Centroamérica necesitan, de manera urgente, desarrollar programas de innovación que permitan el desarrollo continuo de sus ciudadanos para verse a mediano y largo plazos como región unida, participativa y trabajando como lo hacen grandes potencias mundiales.

Pero ¿cómo creamos o desarrollamos una cultura de innovación en la región? Dentro de mi propuesta para generar más innovación en la región centroamericana, los países deben mejorar, en primer lugar, la calidad de educación, estimular la graduación de ingenieros, científicos y creativos, aumentar la inversión en investigación y desarrollo, ofrecer estímulos fiscales a las empresas para que creen nuevos productos, anular las regulaciones burocráticas que dificultan el nacimiento de nuevas empresas, crear asesorías legales permanentes, ayudar a la protección de propiedad intelectual y también dar accesos a créditos ya que este es uno de los obstáculos que tienen los emprendedores para poner en marcha sus proyectos.

Además, se puede aprovechar el desarrollo de las redes sociales para propiciar el entusiasmo colectivo por la creatividad y la innovación. Generar programas y campañas que ayuden a crear conciencia. Promover ferias de ideas, debates sobre emprendimiento y normalizar el espíritu innovador desde niveles primarios de educación. Dejar que los niños y jóvenes creen sus proyectos.

De todos los países en Centroamérica, solo Guatemala cuenta con una Ley de Fortalecimiento al Emprendimiento que entró en vigor en enero del 2019 y que tiene como objetivo fomentar la cultura emprendedora en los ciudadanos para estimular la creación de empresas éticas y sostenibles. Además de promover la educación emprendedora dentro del sistema educativo nacional. Con esta primera iniciativa ejecutada por Guatemala, se puede generar una propuesta regional que permita adoptar estas buenas prácticas y replicar estas iniciativas de ley.

También hay que comenzar a valorar, en gran manera, todas las ideas, reconocer que no hay ideas malas, sino que hay ideas que necesitan planes de negocios que ayuden a validar esa propuesta. También, para crear o desarrollar una cultura de innovación en Centroamérica es necesario que miremos el fracaso como la antesala al éxito y no satanizar cada mala experiencia. Dentro de mi camino como emprendedor y mentor de emprendedores en estos últimos 7 años he conocido infinidades de historias que tienen como común denominador el fracaso como parte del proceso de aprendizaje y con esto es necesario también que dentro de la formación al emprendedor-innovador incluyamos áreas de mejora continua.

En el año 2015, por ejemplo, fundé en Nicaragua un proyecto que se llama “Crónica de un Emprendedor”, apoyado por el Departamento de Estado de los

EE. UU. y que tenía como finalidad compartir historias contadas en primera persona alrededor de la experiencia de emprender en Nicaragua. Se contó con la participación de 10 emprendedores nacionales que compartieron sus vivencias a más de 500 jóvenes universitarios nicaragüenses.

El proyecto permitió ese primer acercamiento entre la academia y el mundo emprendedor. Sé realizó ese llamado a la acción para invitar a ese cambio de chip en los jóvenes para que estudien y se preparen para formar y crear sus propias empresas y de esta forma logren cumplir sus sueños.

Es importante que nuestras escuelas y universidades enseñen con la práctica. En muchas ocasiones todo es teoría y no fomentamos la creatividad. En su libro Creando Innovadores, Tony Wagner, un especialista en educación de la Universidad de Harvard, dice que el principal objetivo de las escuelas ya no será preparar a los jóvenes para la universidad, sino preparar a los jóvenes para la innovación. “Lo que uno sabe es cada vez menos importante, y lo que uno puede hacer con lo que sabe es cada vez más importante”, (Wagner, 2012).

Con esta propuesta, Wagner destaca que la academia debe comenzar a evaluar a los alumnos según su capacidad de análisis y solución de problemas y no por conocimiento adquirido. No enfocarse solamente en un puntaje, sino en el desarrollo integral del estudiante. Hay que iniciar el acompañamiento de los sueños de nuestros emprendedores-innovadores desde la niñez.

En mi caso, logré reconocer, desde temprana edad, que mis ideas eran importantes y necesitaban ser comunicadas. Esta experiencia e inversión que realizaron por mí durante mi adolescencia me llevó a crear y desarrollar espacios para que otros jóvenes lograran también creer en sus ideas.

Necesitamos más apoyo para nuestros jóvenes centroamericanos, afortunadamente lo que más sobra en nuestros países en la región es talento, pero ese talento necesita formación, motivación y acompañamiento constante. Tenemos que dejar de vernos como países independientes y comenzar a considerarnos como un solo bloque, solo así vamos a lograr que Centroamérica innove. Llevamos 200 años de camino y es importante que podamos construir esa ruta.

Y a vos joven que estas leyendo este artículo te invito a que te conviertas en un agente de cambio, nunca dejes de soñar, alza tu voz siempre y comunica tus ideas. Hay que creer en uno mismo para poder crear. Las oportunidades cuando no se presentan podemos construirlas en pro de nuestra comunidad, no es fácil pero tampoco es imposible conozco muchos testimonios de jóvenes que con esfuerzo y dedicación han logrado salir adelante. Platiquemos, estoy a la orden en mi email: [email protected]

Bibliografías:

Friedman, T. (30 de marzo de 2013). Need a Job?:Invent it. The New York Times.

Lederman, D. (Diciembre de 2013). Latin American Entrepreneurs: Many Firms but Little Innovation. Banco Mundial

Milenio.com. (18 de noviembre de 2014). Juventud Emprendedora. Milenio. com

Wagner, T. (13 de abril de 2012). Educating the Next Steve Jobs. The Wall Street Journal.

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