El deporte, como herramienta de igualdad y equidad de género

30/07/2022
Kashany Ríos
Panameña. Diplomática; Recordista y Campeona Nacional y Centroamericana en salto de altura.

Panamá es un país que ha exportado gran cantidad de Atletas a nivel profesional, entre ellos podemos mencionar a uno de los más grandes Roberto “mano de piedra” Durán, gran boxeador campeón mundial en diversas categorías; Mariano Rivera, gran cerrador del famoso equipo de los Yankees de Nueva York, e Irving Saladino, primer medallista de oro olímpico para Panamá.

Pero la realidad es que a pesar de todos estos grandes nombres, el deporte en mi país no se ha desarrollado como se esperaba en los últimos años.

Aun no se han creado las políticas públicas que nos permitan impulsar el deporte como una profesión.

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Como atleta y joven profesional, veo al deporte como una herramienta que potencia al país de manera local e internacional. El deporte como pocas cosas en el mundo tiene un lenguaje universal, que levanta tantas pasiones, une pueblos y no reconoce fronteras.

El deporte debe ser visto como una inversión. Se debe aprovechar el potencial deportivo como detonante para el desarrollo económico y social; al potenciar el deporte se incrementa el turismo del país; los deportistas también son embajadores de las naciones. Los atletas construyen marca país y constituyen un legado del esfuerzo y de disciplina.

Las grandes potencias mundiales, a nivel político y económico, también destacan en lo deportivo, pero existen excepciones como Cuba, un país pequeño, que ha sabido desarrollar su capital humano y ha logrado ser un referente mundial en muchos deportes. Si pensáramos como región en el fortalecimiento de la actividad deportiva podríamos ser reconocidos como cuna de grandes deportistas.

Sin embargo, soy creyente de que el deporte debe ir de la mano de la educación, que no se debe desvincular una actividad de la otra, estas herramientas ayudan al desarrollo de ciudadanos integrales. Todo esto sin dejar de mencionar que ayuda significativamente al mejoramiento de la salud, por ejemplo, para contrarrestar el incremento de casos de personas con enfermedades como la diabetes y la obesidad; una realidad de la que no escapa nuestra región.

El Estado juega un rol importante en el fomento del deporte, al ser garante de que todas las personas tengan las herramientas básicas para su desarrollo integral. El Estado debe crear las condiciones y diseñar las estrategias para el fomento del deporte en todas sus categorías ya sea amateur, recreativo o profesional. Las políticas en el tema deportivo deben ser inclusivas, considerando a la población en todas sus etapas, desde la niñez hasta los adultos mayores.

La base de la pirámide para iniciar la construcción del país y de la región que queremos, ya la tenemos: es el capital humano. Hemos demostrado en reiteradas ocasiones que el querer es poder, pero la verdadera pregunta es ¿hasta cuándo el querer es poder?, ¿por qué los deportistas deben continuar suplicando apoyo?

Ya se ha demostrado que vale la pena invertir en el deporte, cuántas personas en el mundo reconocen a un pequeño país ubicado en Centroamérica llamado Panamá por el simple hecho de que admiran a un panameño que ha sido catalogado como el mejor cerrador de uno de los mejores equipos de la liga estadounidense de béisbol.

El rol de la mujer deportista y profesional en el deporte es clave, un día me preguntaron si había sido difícil ser “negra” en el mundo del deporte, esa pregunta me hizo reflexionar en cosas que muchas veces dejé pasar por alto y creo que además había sido un gran desafío ser mujer en el plano deportivo.

A la mujer, a lo largo de la historia, le ha costado ganarse su espacio en el deporte competitivo; ejemplo de ello es Kathrine Switzer, la primera mujer que corrió una maratón en la época cuando las mujeres no tenían permitido participar en muchas pruebas deportivas. Desde entonces se ha logrado mucho, pero se puede lograr más.

Panamá cuenta con un programa de apoyo a los atletas de distintos niveles y fui beneficiada por este durante muchos años, pero dicho programa, como muchas otras cosas en mi país, podría mejorarse. Algunas mujeres han logrado triunfar en diversas ramas del deporte, pero aun así no se les ha brindado el reconocimiento por ello. Por ejemplo, la boxeadora amateur Atheyna Baylon se convirtió en la primera mujer panameña en ser campeona mundial de su categoría, considero que pudimos darle más reconocimiento a su gesta.

Sumado a ello, las remuneraciones son desiguales pues “en el mundo las mujeres apenas ganan 77 centavos por cada dólar que gana un hombre. Esto provoca una desigualdad de ingresos entre mujeres y hombres de por vida y hace que más mujeres sean abocadas a la pobreza” (MUJERES, 2017).

Desde mi experiencia, en algunas disciplinas deportivas, principalmente en los deportes en conjunto, no tratan a sus selecciones femeninas de igual manera que a las masculinas, en estos casos los hombres reciben mejor remuneración, mejor liga, cuerpo médico completo. Por estas situaciones, es que nacen movimientos como el de “equal pay”, para solicitar el mismo pago para hombres y mujeres en las selecciones nacionales de fútbol. Visualizo que en temas como estos Centroamérica pudiera ser pionera, como la primera región del mundo en dónde se paga de manera igualitaria a sus deportistas de selecciones nacionales, sueño con que no se hagan distinciones por sexo ni por raza, en donde las mujeres no debemos pelear las plazas para representar a nuestros países y que recibamos las mismas condiciones y beneficios para nuestro desarrollo como deportistas.

Si bien las estadísticas son importantes, no se debe medir el esfuerzo de los atletas por un triunfo o por el color de una medalla, porque muchas veces se logra triunfar en otras áreas, se une un país, se sufre en equipo y se celebra a lo grande. Esos son triunfos más grandes que una medalla.

En los juegos Centroamericanos del 2017, celebrados en Managua, Nicaragua, en la disciplina del atletismo participaron 27 atletas, de los cuales 11 eran mujeres y 16 hombres. En esa oportunidad, se ganaron 10 medallas de oro, 9 de plata y 7 de bronce, de esas medallas de oro, 7 fueron ganadas por mujeres que representa el 70% de las medallas de oro obtenidas por el equipo; de las 9 de plata, 7 fueron ganadas por las mujeres; esto demuestran que las mujeres nos hemos ganado nuestro espacio. Como resultado de esa presencia e incidencia femenina en el deporte de nuestro país, la representación panameña de atletismo, los Juegos Panamericanos, competencia de más alto nivel celebrada en el continente, estuvo integrada por 5 mujeres y 3 hombres.

Se están logrando avances, pero hay mucho por hacer; aún faltan políticas de protección de las mujeres, para que cuando quieran ser madres no se alejen del mundo del deporte, también se requieren políticas de protección social mediante el pago del seguro, y el rol que desempeña con el trabajo no remunerado, mejor conocido como el trabajo del hogar.

La mujer está preparada para aportar al mundo del deporte no solo desde el campo sino también desde la dirigencia y puestos de toma de decisión, puestos que en su mayoría han sido dominados por los hombres. Betina Rama, consultora especializada y autora del libro Liderazgo Femenino, señala que en general las mujeres de América Latina y el Caribe son expertas en manejo de crisis y en adaptarse a los cambios. “Esto es una consecuencia positiva de las situaciones económicas y políticas que hemos vivido. Esta habilidad para manejar procesos de cambio y tolerar incertidumbres y ambigüedades es fundamental para el éxito de cualquier empresa” (ConnectAmericas, 2017).

Otro punto importante es incentivar el empoderamiento de las niñas y transmitirles la idea de que se puede lograr todo lo que se propongan y que las mujeres también pueden hacer una carrera profesional en el deporte, en igualdad de oportunidades.

Me mantengo positiva porque sé que hay una juventud comprometida que quiere aportar y está involucrada en la creación de un mejor país para las próximas generaciones.

Finalmente, quiero compartir mi faceta profesional, desde mi primera competencia supe que mi trabajo favorito sería representar a mi país; lo hago a nivel deportivo y espero hacerlo igual de bien a nivel diplomático. En mi profesión se está desarrollando algo llamado la diplomacia deportiva que es conocida como una herramienta de poder blando o poder suave, es la habilidad de un Estado para persuadir a otros países evitando el uso de la fuerza o la coerción, valiéndose de medios más sutiles, como su cultura, su modelo social o sus valores políticos. Este término fue creado en la década de 1990 por Joseph Nye, geopolitólogo estadounidense de la Universidad de Harvard, en su libro Bound to lead: the changing nature of American Power, y se ha convertido en un concepto muy utilizado para analizar las relaciones internacionales1.

Mediante esta herramienta de diplomacia deportiva se pueden lograr muchos beneficios que repercuten en lo social, deportivo y político, países como Francia y Colombia ya están desarrollando esta herramienta para lograr las sinergias entre instituciones gubernamentales e internacionales para mejorar la estructura, infraestructura y legislación deportiva, mejorar las oportunidades de las jóvenes promesas, mediante convenios con universidades nacionales, internacionales y el sector privado. Considero que los objetivos deportivos y profesionales deben ir de la mano para formar mejores ciudadanos.

Que la región centroamericana sea una referencia deportiva a nivel mundial y que los Juegos Centroamericanos lleguen a un nivel que motive la asistencia masiva de espectadores ayudaría al desarrollo local y del turismo en la región. Que la población de toda la región sienta que esas competencias son de ellos y para ellos.

Es importante lograr que los máximos exponentes deportivos de la región participen de estos eventos para que el nivel mejore y que brinden charlas y exposiciones a los jóvenes.

El país debe trabajar para que las próximas generaciones de jóvenes promesas del deporte nacional no se sientan abandonados, que el deporte sea una herramienta para el desarrollo nacional en donde todos ganan, que las políticas públicas sean bien ejecutadas y que se retome el amor por el deporte, que se aspire a crear jóvenes profesionales y deportistas, que en los cargos de poder tengamos a los mejores profesionales. Que a nivel gerencial y en los cargos de toma de decisión, las mujeres también sean consideradas por sus capacidades, que Panamá logre desarrollarse como una potencia y sea referente en varias disciplinas deportivas a nivel centroamericano, y así, en un futuro no muy lejano, tener muchos deportistas de renombre internacional, tanto hombres como mujeres.

“El deporte tiene el poder de cambiar al mundo; tiene el poder de inspirar; tiene el poder de unir a las personas de una manera que pocas pueden lograr”.

Nelson Mandela.

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