La región que viene es joven, progresista y feminista

19/07/2022
Margareth Solano
Costarricense. Política, integracionista, visionaria,  promotora de políticas públicas de juventudes, planificadora estratégica y social.

Me gusta pensar en la infancia como una etapa en la que se fabrican los sueños, y donde el límite entre la realidad e imaginación es tan delgado que la cotidianidad se vive intensa y apasionadamente. Es en esta época de nuestras vidas donde mucho de lo que vemos, escuchamos, sentimos y olemos nos maravilla y sorprende; cuando esa gran curiosidad que tenemos nos lleva a muchos lugares y momentos significativos. Hoy día, lo que más deseo es que nadie limite o condicione los sueños de la niño

Los espacios de socialización son esenciales para que una persona adopte valores, principios y prácticas que determinan mucho de su personalidad e intereses. Desde niña crecí con muchas curiosidades y fui muy receptiva a mi entorno. El vivir en una zona rural permite que se desarrolle una forma distinta de comprender el espacio, de apreciar las bondades de la naturaleza y de valorar el trabajo honroso de mujeres y hombres que madrugan para iniciar sus labores en el campo o se desplazan a más de 30 kilómetros para llegar hasta el Valle Central (centro urbano del país) e ir a sus puestos de trabajo.

Mi familia ha sido un pilar fundamental en mi vida, con una madre y un padre que trabajaron muchísimo para ofrecernos a mi hermana, mis hermanos y a mí calidad de vida y la oportunidad de estudiar; su orientación y acompañamiento incondicional nos han hecho crecer personal y profesionalmente. Todo esto ha contribuido a determinar la mujer que soy y me gusta ser: libre, segura y determinada.

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En mi adolescencia participaba activamente en grupos de la comunidad. Fui presidenta del Gobierno Estudiantil del Liceo de Orosi y desarrollaba con otras compañeras y compañeros proyectos comunitarios enfocados en el rescate de espacios públicos, recolección de desechos en los alrededores de la comunidad, reforestación de árboles cerca de nacientes de agua y la creación de un centro de acopio en el Liceo, además de participar en espacios de incidencia social como el caso del Comité Cantonal de la Persona Joven de Paraíso.

Junto a un grupo de jóvenes de diversas comunidades cercanas impulsamos la iniciativa cantonal llamada: “Frente Cultural Ecológico de Paraíso”, el cual, hasta la fecha, sigue desarrollando actividades recreativas y culturales en espacios públicos, implementando talleres, haciendo veeduría ciudadana a la institucionalidad pública, entre otras iniciativas de índole político. El cantón de Paraíso fue declarado, en el año 2005, el primer cantón a nivel país, libre de transgénicos, gracias a una moción presentada por un joven que ostentaba la vicepresidencia Municipal; desde entonces, este grupo organizado de jóvenes ha velado por el cuido del medioambiente y del sector agropecuario.

Entre el 2006 y 2007 hubo mucha efervescencia social en el país a propósito de las negociaciones del Tratado de Libre Comercio (TLC) entre Estados Unidos, Centroamérica y República Dominicana. Esto marcó un hito en la historia de

Costa Rica al convocar por primera vez a referéndum para aprobar la ley N° 8622. A mis 17 años, leía mucho al respecto de los alcances e implicaciones que traería el TLC a Costa Rica y siendo presidenta del Gobierno Estudiantil del Liceo de Orosi, me uní a quienes se oponían a la aprobación de este Tratado, integrándome así al Comité Patriótico de Paraíso para apoyar las iniciativas de otros comités cercanos. Esto me permitió conocer a muchas personas que, desde sus áreas de acción, aportaban una reflexión crítica y solidaria, además de promover un diálogo intergeneracional.

En el 2007, durante el Servicio Comunal Estudiantil, creé el proyecto “Alerta Ambiental”, el cual contó con el apoyo de profesores del Liceo y la Escuela Pública de Orosi, así como la Escuela de Ingeniería en Seguridad Laboral e Higiene Ambiental del Instituto Tecnológico de Costa Rica. Entre estudiantes de colegio y universitarios, desarrollamos talleres dirigidos a estudiantes de primaria de la escuela pública, sobre la reutilización de residuos sólidos, sensibilización acerca de problemas ambientales asociados a malas prácticas sociales y experimentos relacionados al calentamiento global. Por esto creo fielmente que la niñez es una etapa importante para conectarnos con iniciativas justas y descubrirnos a nosotros mismos como protagonistas del desarrollo.

El proyecto “Alerta Ambiental”, en el año 2008, obtuvo el reconocimiento de una organización estadounidense llamada Project Citizens y esto posibilitó que cinco estudiantes de secundaria representáramos a nuestro país en diversos centros educativos en el estado de Texas, Estados Unidos, con becas completas, asumidas por la organización, lo que sin duda alguna fue una motivación personal para seguir incidiendo en el desarrollo del territorio.

Todo esto me ha llevado a la convicción de que la participación informada, la organización social, la comunicación asertiva y el diálogo han demostrado ser herramientas transformadoras para lograr objetivos comunes. Sobre todo, cuando en los procesos hay diversidad de criterios y posicionamientos. Quienes hemos tenido la posibilidad de ejercer una participación activa en estos espacios, nos reconocemos como agentes de cambio que impulsamos iniciativas pensando en el bienestar de nuestra ciudadanía y medioambiente.

Gracias a una beca socioeconómica comencé mis estudios en una de las universidades públicas del país, la Universidad Nacional (UNA), para estudiar Planificación Económica y Social en el año 2010. Migré de una zona rural a una urbana y decidí volverme autosuficiente a partir de ese momento. Entre la beca, las “horas asistente” en investigación en la Facultad de Ciencias Sociales y trabajos esporádicos, logré hacer frente a mis gastos, aprendiendo a valerme por mí misma y manejar mis finanzas. Esto último lo agradezco porque hoy día muchas personas viven endeudadas por carecer de educación financiera, así que, forzosamente aprendí a manejar mis finanzas para sobrevivir.

Al venir de una vida tan activa en grupos organizados e implementando proyectos, me acerqué naturalmente a la Federación de Estudiantes de la UNA. La dinámica del movimiento estudiantil universitario era muy distinta a los espacios en los que había participado antes. Quienes conformaban esta Federación, por lo general, eran estudiantes de carreras avanzadas y no había espacio para personas de primer ingreso. Lo bueno es que el margen de acción no se limitaba solo a ese espacio, todas las carreras conformaban una Asociación de Estudiantes, así que, en mi primer año de ingreso, deseosa de participar y generar un cambio, conocí a personas muy importantes que me guiaron y acompañaron para conformar un equipo que quisiera involucrarse en la Asociación de mi carrera.

Así fue como un grupo de jóvenes de distintos niveles académicos, conformamos un equipo que discutiría el quehacer de la carrera y su comunidad estudiantil. Resultamos electos frente a otra organización de estudiantes y de esta manera se presentó la oportunidad para iniciar mi experiencia en la política universitaria y la incidencia en las instancias académicas y administrativas. Después de ser presidenta, aporté en otros espacios dentro de la Asociación, consciente de formar a otras personas jóvenes de primeros años para que participaran de esta estructura de representación. Compartir el saber y dar paso a otras personas es parte de madurar un liderazgo y reflejar un verdadero compromiso con las causas.

Las lecciones aprendidas del movimiento estudiantil fortalecieron la capacidad del trabajo en equipo, abordar los temas desde la reflexión interdisciplinaria y generar propuestas desde este enfoque. Un grupo de personas organizadas con objetivos e intereses comunes puede tener una alta incidencia en diversos fenómenos, e incluso, cambiar el direccionamiento de decisiones que no representan los intereses de la mayoría.

En el año 2014, el programa Agenda Joven de la Universidad Estatal a Distancia (UNED) desarrolló el “Curso Valores y Prácticas Democráticas para el Liderazgo Joven”, el cual se realizó de forma presencial en la provincia de San José, Costa Rica. En el curso, participaron 39 jóvenes de la región centroamericana y el Caribe, reunidos durante 5 días compartiendo sus experiencias, abordaron temas diversos como violencias, migración, salud, seguridad, exclusión social, desempleo, cultura, tecnologías de la información y comunicación, emprendedurismo y políticas públicas. En las intervenciones se ponía en evidencia el nivel de desigualdad de la región, así como se ponían al descubierto las grandes brechas socioeconómicas, ambientales, culturales y políticas en las que las juventudes crecemos.

En el año 2015, apliqué para llevar el Programa Regional de Formación Social-Política de Jóvenes-Agentes de Cambio de la Fundación Friedrich Ebert

(FES), un espacio de encuentro para jóvenes progresistas de diversos sectores (partidos políticos de la socialdemocracia, sindicatos, organizaciones sociales, entre otros), interesados en llevar durante varios meses diversos módulos en los que se reflexiona sobre el liderazgo progresista, herramientas para el cambio democrático y social, ciudadanía y justicia  social,  transformación social y ecológica, gobernanza e integración regional, políticas públicas para el desarrollo sostenible y seguridad social, los diferentes contenidos desarrollados en el programa contribuyan al fortalecimiento de la democracia y la búsqueda del bien común.Tuve la oportunidad de concluir el programa Agentes de Cambio y, posteriormente, formar parte del Equipo Coordinador desde  el  año  2016 hasta mayo del 2018. Durante ese tiempo, tenía a mi cargo el desarrollo del módulo ciudadanía y justicia social, esto me permitía estar muy conectada con la coyuntura país, conocer a distintos representantes de los poderes de la República, representantes institucionales y de sociedad civil que desde sus áreas de acción abordaban temas de interés, los cuales se discutían con las juventudes que llevarán el proceso de formación. Sin duda, este programa aporta en ampliar la red de contactos, contar con herramientas inclusivas e innovadoras, profundizar en la realidad costarricense y centroamericana desde sus estructuras y relaciones de poder, así como, resemantizar la política desde un enfoque progresista basada en los valores de libertad, solidaridad, justicia social y el respeto a los Derechos Humanos de todas y todos.

Las decisiones que tomamos en nuestras vidas suman, sin duda alguna, y nos conectan con propósitos mayores. En mayo del 2018, se me invitó a formar parte del Gabinete del señor Carlos Alvarado Quesada, presidente de la República de Costa Rica, como viceministra de Juventud, en reconocimiento a mi trayectoria de trabajo con organizaciones sociales, partido político e intereses de trabajar en función de los derechos de las juventudes.

Desde entonces, he trabajo por fortalecer la institucionalidad de juventudes reflejada en el Sistema Nacional de Juventud, el cual está conformado por el Viceministerio de Juventud, el Consejo de la Persona Joven (CPJ), los Comités Cantonales de la Persona Joven (CCPJ) y la Red Nacional Consultiva de la Persona Joven, además de robustecer las acciones políticas en diversos sectores e instituciones para la generación de oportunidades.

Este trabajo con las instituciones posibilitó la elaboración de una Política Pública de la Persona Joven 2020-2024, inédita a nivel país, esta sería nuestra quinta política y, junto con el equipo de trabajo, nos desafiamos para realizar un proceso de consulta amplio, diverso y territorializado. Desagregado por grupos de edad, regiones y poblaciones en específico, consultando, de esta forma, a población LGBTIQ+, personas con discapacidad, privadas de libertad, migrantes

y refugiados, jóvenes rurales, afrodescendientes y población indígena del país, todos quienes han sido excluidos histórica y estructuralmente de procesos como estos.

Desde el Viceministerio y el CPJ, reconociendo la deuda histórica que existe con los pueblos originarios, se activó por primera vez a nivel país el “Mecanismo General de Consulta a Pueblos Indígenas”, desarrollando así 10 talleres en donde participaron 20 territorios de 24. En estos talleres “se identificó que las principales problemáticas que aquejan a los territorios están relacionadas con los derechos a la salud y la educación, el desempleo, las deficiencias en la prestación de servicios públicos, la drogadicción y el alcoholismo, la discriminación hacia los pueblos indígenas, la posesión sobre las tierras y territorios indígenas y la infraestructura pública dentro de los territorios” (MCJ, 2020, p.7).

En el año 2020, pasamos de una política en donde participaban 17 instituciones a un incremento de 53 instituciones con más de 300 compromisos en el Plan de Acción. Así mismo, contamos con un marco normativo más preciso y pertinente para atender los desafíos que tienen las juventudes y así impulsar, a través de la oferta programática, iniciativas que generen valor público.

Me siento honrada y orgullosa como viceministra de Juventud, al ocupar un espacio de toma de decisión donde he puesto en valor el trabajo colaborativo de compañeras y compañeros del Sistema Nacional de Juventudes, personas que inciden para brindar más acceso a oportunidades a la personas jóvenes, quienes representan el 40,1% de la población costarricense, según lo indica el Instituto Nacional de Estadística y Censos de Costa Rica (INEC, 2011), así como en la consolidación de alianzas públicas y privadas que permiten la atención e inversión en juventudes.

Valga el tiempo, analizar el contexto, las oportunidades y los desafíos de los países de la región centroamericana, comprender cómo se configuran estas sociedades en relación con variables demográficas, indicadores sociales y económicos, entre otros, para profundizar en el abordaje que los Estados deben brindar a su ciudadanía. Así como, garantizar el apoyo y participación activa de las juventudes en las distintas agendas del Sistema de la Integración Centroamericana (SICA) y la Presidencia Pro-Témpore (PPT) de los países miembros; el diálogo sobre la realidad que vivimos las juventudes debe ser con nosotros presentes en los espacios de toma de decisión, un ejemplo de ello es el “Proyecto Jóvenes Protagonistas del Desarrollo Rural Territorial de la Región SICA” impulsado por la SECAC, Corporación Procasur y financiada con presupuesto del FIDA.

Como bien lo señaló el Quinto Informe Estado de la Región, publicado en el año 2016:

…el agotamiento del bono demográfico –que ocurrirá en el año 2020 para Costa Rica y Panamá y se prolongará hasta el 2050 en Guatemala– obliga a los países a introducir ajustes de fondo en sus estilos de desarrollo y crear una institucionalidad pública más eficiente y robusta, capaz de materializar el potencial del capital humano que hoy se desaprovecha, tal como lo demuestran los 5,4 millones de jóvenes (de la región) de los 15 a 24 años (60% del total) que hoy están fuera del sistema educativo.

La región tiene muchas oportunidades. Hoy día, las juventudes alzan su voz y hacen valer sus derechos, las vemos incidiendo en agendas globales sobre los derechos humanos, equidad, crisis climáticas, ecológicas y sanitarias, demandando justicia intergeneracional, a propósito del informe Gobernanzaparala Juventud, Confianza y Justicia Intergeneracional de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE, 2020), en el que se plantea:

Apoyar la transición de los jóvenes hacia una vida autónoma; promover la participación y representación de los jóvenes en la vida pública, y fomentar la confianza en el gobierno y; proporcionar resultados justos de políticas en beneficio de todas las generaciones.

Siendo las niñas, niños, adolescentes y jóvenes quienes más sufrimos las desigualdades.

Este informe de la OCDE se complementa con recomendaciones del sociólogo e investigador Ernesto Rodríguez, quien ha señalado la necesidad de incorporar en las diversas políticas públicas una perspectiva generacional (Rodríguez, 2003), comprendiendo que las decisiones que se toman impactan significativamente la vida de las juventudes, precisamente porque dicha población está presente en diversos sectores como trabajo, seguridad social, industria, comercio, servicios, acción climática, desarrollo rural territorial, vinculados al sector salud (haciendo énfasis en la salud mental y la salud sexual y reproductiva), los sectores culturales y artísticos, entre muchos otros, donde hay que incluir acciones estratégicas y focalizadas, con una participación activa de las juventudes.

Haciendo eco de una frase de la investigadora Marcela Lagarde, quien en sus reflexiones decía que “no hay democracia si no hay participación política de mujeres y hombres en post de la igualdad” (Lagarde, 2015, abril), yo agregaría que no hay democracia sin la participación política de las juventudes. No fue una tarea sencilla reconocer el derecho a la voz y voto de las mujeres, ha sido fruto del esfuerzo de muchas mujeres a lo largo de la historia que han luchado por garantizar sus derechos. Este ejemplo debe servir de inspiración a las juventudes y es, a su vez, una invitación a crear y apropiarse de un marco de derechos en juventudes y género, así como, construir y fortalecer instituciones sólidas que velen por mejorar las condiciones de vida de estas poblaciones en los países de Centroamérica.

Por último, aspiro a que más jóvenes puedan contar con experiencias que les ayuden a crecer, a tomar mejores decisiones, a aprender en la práctica y la cotidianidad aspectos que no se aprenden de ninguna otra forma y, fundamentalmente, a generar más empatía. Ante la incertidumbre en la que a veces vivimos, no podemos olvidarnos de lo soñadoras y soñadores que hemos sido y tenemos que hacer todas aquellas cosas que nos mueven las fibras, quiero ver a más jóvenes de Centroamérica en espacios de representación, especialmente la participación de mujeres jóvenes, preparadas y deseosas de contribuir en la reducción de las desigualdades y brechas de género que históricamente hemos vivido.

Referencias:

  • Estado de la Región. (2016). Quinto Informe sobre el Estado de la Región. Sinopsis, San José: Programa Estado de la Región-Nación, 2016. https:// estadonacion.or.cr/wp-content/uploads/2019/07/cap-1-erca-2016-sinopsis.   pdf
  • Instituto Nacional de Estadísticas y Censos. (2011). Estadísticas demográficas.2011–2050.Proyeccionesnacionales.  Población  por  años  calendario,segúnsexoygruposespecialesdeedades. https://www.inec.cr/poblacion/ estimaciones-y-proyecciones-de-poblacion
  • Lagarde, M. (2015, abril). Las mujeres en la participación política y ciudadana. Una cuestión de Democracia . II Jornadas Clara Campoamor, Escuela de Pensamiento Feminista Mujeres, participación y poder, Fuenlabrada. https:// www.youtube.com/watch?v=HgNY8KCLFyM
  • Ministerio de Cultura y Juventud (MCJ). (2020). Talleres de consulta conpoblación adolescente y joven indígena para la Política Pública de la PersonaJoven2020-2014. San José, Costa Rica, https://mcj.go.cr/sites/default/ files/2020-08/ConsultaJovenIndigena-UNICEF-web.pdf
  • OECD. (2020). Governance for Youth, Trust and Intergenerational Justice: Fit for All Generations?, OECD Public Governance Reviews, OECD Publishing, Paris, https://doi.org/10.1787/c3e5cb8a-en.
  • Rodríguez, E. (2003). Políticas públicas de juventud en América Latina: de la construcción de espacios especificos, al desarrollo de una perspectiva generacional. RevistaLatinoamericanadeCienciasSociales,NiñezyJuventud. 1(2). 1-23. https://www.redalyc.org/pdf/773/77310201.pdf
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