El coautor nicaragüense del libro La región que viene: miradas sobre Centroamérica, Johnathan Ordoñez, es un académico dedicado a la investigación en temas de desarrollo económico y administración pública. Actualmente codirige un centro de pensamiento que aborda temas como la innovación y el desarrollo económico de las pymes. Se considera una persona reflexiva y con una gran curiosidad por conocer y explicar lo que sucede en su entorno.
Ordoñez conversó con el director de la iniciativa El País Que Viene, Diego Echegoyen Rivera, en Managua, Nicaragua. Durante la entrevista, el coautor indicó que en su artículo reflexiona sobre dos grandes retos de Centroamérica: la institucionalidad y el cambio climático.
“Me preocupo en voz alta, hago reflexiones sobre lo que considero los grandes retos de la región en los próximos 10 años. El primero es endógeno; es decir, cómo está configurada la institucionalidad, faltan mejores diseños institucionales a nivel regional y eso está relacionado con el segundo problema que es exógeno, el cambio climático; relacionado obviamente a los objetivos de desarrollo sostenible”, explicó.
Considera el libro La región que viene: miradas sobre Centroamérica como un altavoz, “ese megáfono que va a servir para hacer un llamado de atención a las nuevas generaciones. Esas generaciones van a tener un reto más grande que el nuestro. Me gusta el perfil multidisciplinario que tiene este libro. Hay muchas voces que cuentan sus historias. Esto te refleja la fertilidad artística e intelectual que tiene la región”.
Es una persona con curiosidad y lo han notado mis padres, mis amigos, las personas con las que trabajo. Siempre quiero saber el porqué de las cosas, cómo funcionan y no solo eso, dar ese paso más allá y si es algo que no está funcionando dar ese paso más allá.
El coautor considera que existe un desencanto en todos los sentidos ya que “las comunicaciones y la globalización han acelerado crisis; una de ellas, la de identidad. Muchos jóvenes se encuentran perdidos, navegando sin norte y creo que está asociado a las consecuencias que vivimos la juventud, apatía y problemas de salud mental. Estamos desprovistos de un motivo para hacer las cosas. Creo que suena un poco cínico; pero ese es el reto más grande, encontrar el por qué hacer las cosas”.
Considera que la integración centroamericana sigue siendo la panacea del desarrollo, el modelo que se debe construir para el desarrollo y el progreso conjunto. “Los fenómenos cruciales a nivel global no se pueden atender de manera aislada”.