Los jóvenes tenemos el poder para cambiar nuestro futuro y el de nuestra nación. Quizá no sean las mejores circunstancias, pero es la etapa en la historia que nos tocó afrontar, y no podemos quedarnos sin hacer nada ante el futuro de Honduras y la región. Es una responsabilidad moral ser partícipe de la construcción y los cambios que los países de nuestra región demandan y se merecen.
Considero que nuestro rol como jóvenes no se limita a ser espectadores, sino de ser principales protagonistas y esta construcción debemos trabajarla como hermanos centroamericanos. Ya sea con la cultura, con la música o el arte, la salud, las ciencias, el derecho o la política; pero en cada uno de estos campos, trabajando unidos y con valores, con el propósito de fortalecer y mejorar en nuestra región, la calidad de vida de sus habitantes.
Incluso, desde pequeños o siendo aún estudiantes universitarios podemos dar nuestra gota de miel a la colmena para que ocurra la construcción de una mejor región. De esta manera, estimo prudente compartirles cinco consejos que considero son el camino para lograrlo:
El primero, no tener miedo a perseguir tus sueños. Desde niño siempre tuve la vocación de servir a mi prójimo, eso me hizo posible participar en algunas actividades de voluntariado y ayuda a mi comunidad. Recuerdo que las oportunidades que se me presentaban realmente las disfrutaba muchísimo. En aquellos tiempos decidí que iba estudiar Medicina para salvar vidas. Pasó el tiempo y ya una vez en la Facultad de Ciencias Médicas, me di cuenta de que no era lo mío.
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Fue de esta manera como comencé a perseguir una de mis pasiones -a pesar de las consecuencias o dificultades que se incurren en cambiar de carrera universitaria- y empecé a estudiar la carrera de Derecho, en la Universidad Nacional Autónoma de Honduras. Carrera que antes me negaba a estudiar debido a que mi padre y hermano ejercían la abogacía. Pero el tiempo me dio la lección que me permitió perseguir mis sueños y pasiones, me ha permitido crecer de manera personal y profesional y así, se me ha hecho posible ayudar a los demás.
Prueba de ello es que durante mi primer año en la Facultad de Ciencias Jurídicas, me di cuenta por medio de un amigo, de un concurso que estaba realizado la UNESCO en conjunto con Plan Internacional, la Embajada de los Países Bajos en Costa Rica, la Embajada de Suecia en Guatemala y la UNAH, llamado “DiploHack Honduras 2017”. Este consistía en crear equipos de cinco
(5) personas para que, durante treinta y seis (36) horas continuas, crearan una solución tecnológica para ayudar a grupos vulnerables dentro de la población hondureña.
Así contacté a unos amigos, conformé mi equipo y nos inscribimos en la competencia. El día del evento tuve la idea de conectar lo aprendido en mi carrera con nuestro proyecto y en conjunto, creamos “SUNATA”, una aplicación que ayuda a las mujeres víctimas de violencia intrafamiliar y violencia doméstica de una manera integral desde una perspectiva legal, psicológica y médica. Lo que nos llevó a ganar el primer lugar, compitiendo con jóvenes universitarios muy talentosos y profesionales en el país, ante un jurado de expertos internacionales.
¿Se podrán imaginar la dimensión para mí, haber ganado ese premio cuando hace un año estaba comenzando de nuevo mi carrera universitaria? En ese momento aprendí esta lección, perseguir tus sueños y pasiones con dedicación y trabajo duro, te permite lograr el triunfo, sin importar lo difícil que pueda parecer en ese momento, porque muchas cosas parecen imposibles, hasta que se hacen, pero debemos tener la valentía y el coraje para cumplir nuestros sueños.
El segundo, no ponernos límites. A los meses siguientes, después de aplicar a becas y no quedar seleccionado en algunas, no me di por vencido y seguí optando por más oportunidades, tomándolo como un reto, siempre creyendo en mí, dando toda mi dedicación y convicción de no ponerme límites, a a pesar de que algunas puertas se cerraron. Finalmente, en muy poco tiempo -menor al que esperé, tengo que confesar- fui becado por la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO) para participar en la Conferencia de la Juventud sobre Cambio Climático (COY13) en Bonn, Alemania.
La Conferencia de la Juventud fue un espacio de mucho crecimiento y reflexión. Conocí jóvenes líderes de alrededor del mundo, cada uno increíble y siendo un ejemplo en su país; vivimos muchos momentos de hermandad, complicidad, empatía más allá de nuestras diferencias, demográficas, culturales, religiosas o de cualquier naturaleza.
Recuerdo uno de esos momentos de unión, fue un día que nos reunimos la delegación de Latinoamérica para elaborar nuestra Declaratoria Oficial como juventudes por América Latina a los Jefes de Estado del Mundo presentes en la Conferencia Mundial de las Partes sobre Cambio Climático de Naciones Unidas (COP 23). Estábamos unidos por algo más grande e importante: “Hacer de este mundo, un lugar mejor para las futuras generaciones”.
Mi participación en la Conferencia de la Juventud me permitió ser parte de la delegación nacional de Honduras en la Conferencia Mundial de las Partes sobre Cambio Climático de Naciones Unidas; fue una experiencia de mucho aprendizaje participar de las mesas de Negociación entre Delegaciones de Estado, los Foros con expertos y líderes mundiales. Deseo destacar un momento en especial, cuando conocí a la Ministra de Medio Ambiente de Alemania, Barbara Hendricks, con quien tuve la oportunidad de hablar un momento y me compartió su pensamiento, expresándome que, una mayor incidencia de la juventud mundial, es clave para lograr un mejor futuro.
De esta experiencia, mi consejo es que nunca debemos ponernos limites, aún si volvemos a comenzar de cero o si se cierran muchas puertas, debemos de soñar en alto y trabajar arduamente para lograrlo.
Mi tercer consejo, tener un propósito. Al volver a Honduras de Alemania, retomé mis estudios. A lo largo de mi vida universitaria en Derecho, me he dado cuenta de que mi propósito y pasión son servir para la construcción de un mejor país, mediante el empoderamiento de las juventudes. Es por ello que decidí emprender un proyecto llamado RESET con la Cámara Junior Internacional. Este consistió en capacitar a jóvenes de las principales universidades de Tegucigalpa, capital de Honduras; se hizo en la Universidad Nacional Autónoma de Honduras (UNAH), Universidad Tecnológica Centroamericana (UNITEC), Centro Universitario Tecnológico (CEUTEC) en materia de Liderazgo, Cambio Climático, Debate, y Oratoria. El proyecto tuvo un impacto en más de mil (1000) jóvenes hondureños. Esto me llevó a ser distinguido con el premio de “Miembro más Sobresaliente de la Cámara Junior Internacional de Comayagüela” en el año 2018. Pero más allá del reconocimiento, es el reflejo de un propósito claro: empoderar a la juventud que es el futuro del país.
De esa manera, durante el año 2019, quise emprender algo más grande; así que me reuní con un grupo de amigos con la idea de crear Switch 2030. Una organización juvenil, que promueve los ODS de la Agenda 2030 de Naciones Unidas, mediante el empoderamiento de la juventud hondureña y la acción social, de la que soy su Coordinador General.
Hemos realizado foros, como el I Foro Universitario “Los ODS de la Agenda 2030” impactando de manera positiva a 130 jóvenes universitarios de la máxima casa de estudios de Honduras, la Universidad Nacional Autónoma de Honduras (UNAH). Actualmente, estamos desarrollando el Foro Juvenil “El Rol Ejercido desde las Instituciones Públicas ante la Pandemia”, al que han sido invitados funcionarios jóvenes del país, de diferentes bancadas de los distintos partidos políticos del país, así como a expertos en Derechos Humanos y Administración Pública con la finalidad de hacer un espacio de construcción y reflexión para fomentar una juventud critica objetiva; proyecto que está impactando a 150 jóvenes hondureños. El equipo ha organizado conferencias y talleres, como el YouthSpeak, un espacio de jóvenes talentosos compartiendo con más jóvenes y desarrollado proyectos sociales en favor de comunidades de escasos recursos, como el celebrado el 18 de noviembre del 2019 en el municipio de Tatumbla, departamento de Francisco Morazán, que consistió en la capacitación de treinta (30) padres de familia, para lograr optimizar sus conocimientos en la elaboración de una alimentación nutritiva, saludable y económica para el adecuado desarrollo de sus hijos.
Asimismo, durante este espacio el equipo trabajó en el programa “Exprésate”, un webinar que nace ante la pandemia en el que hemos abordado diferentes episodios, con invitados expertos, abordando diferentes ODS para seguir cumpliendo nuestra visión y misión como Switch 2030: Empoderar a la Juventud.
Por ello, considero que es importante identificar qué nos motiva a seguir adelante a pesar de cualquier adversidad. Nuestros motivos son claves para cumplir con nuestro objetivo, el propósito es como el combustible de un barco para llegar al destino final de su viaje; ya sea una meta personal, colectiva o hasta el deseo de reconstruir una nación.
El cuarto consejo que te comparto es sobre la formación. Durante ese mismo periodo me concentré en capacitarme, para lograrlo, participé en Congresos de Derecho Internacional, entre otros cursos, seguí realizando activismo en pro de los derechos humanos y los ODS; egresé de un diplomado de políticas públicas que me permitió ser invitado a programas de radio y televisión nacional, abordando temas como la Violencia de Género desde una perspectiva legal, temas en materia de Derecho Civil y principalmente los ODS. Incluso, fui panelista en el Congreso de Internacionalización de la Educación Superior de la UNAH.
Ese mismo año fui seleccionado por la Secretaría General del SICA, como miembro de la Red SICA JOVEN. Fui invitado a la ciudad de San Salvador, El Salvador, en la primera semana de diciembre para asistir al Primer Encuentro SICA JOVEN, Foro Regional del SICA 2019 y el primer Modelo SICA (MOSICA). Espacio que fue para mí más que importante para aprender mucho sobre la Integración Centroamericana y la oportunidad idónea para fortalecer los lazos de hermandad entre diferentes líderes juveniles de Centroamérica.
Paralelamente, tuve la oportunidad de participar en el World Bank Group Youth Summit en las oficinas del Banco Mundial, en la ciudad de San Salvador. Junto a jóvenes líderes de la región latinoamericana, sostuvimos una videoconferencia con el vicepresidente en funciones del Banco Mundial para Latinoamérica, señor Humberto López, junto a su equipo en New York, construyendo soluciones en pro del desarrollo de la región.
Actualmente, estoy por egresar de la carrera de Derecho con excelencia académica, concentrado en articular acciones en pro de las juventudes desde dos organizaciones juveniles: Switch 2030 y Jóvenes Iberoamericanos en las que en la actualidad me desempeño como Embajador por Honduras.
La razón de mi dedicación a fortalecer mi formación universitaria extracurricular es porque considero que, como jóvenes comprometidos en la construcción de una mejor nación y región, debemos aportar aún más para lograrlo y no es suficiente la buena voluntad. Nuestros países necesitan líderes y lideresas con formación de altura, academia, valores y hechos.
Y mi quinto y último consejo es: mantén íntegros tus valores. Los valores son algo que no aprendemos en la universidad, son una enseñanza desde niños en nuestro hogar y se van forjando poco a poco en nuestra vida, pero considero que la mayoría de nosotros, en una etapa, logramos discernir entre lo que es correcto y lo que no lo es. Es importante que, en toda acción y plan de nuestra vida, hagamos lo que es correcto a pesar del precio que debamos pagar por ello, lo que nos permitirá ser coherentes en nuestras vidas con lo que decimos y hacemos. El mundo necesita líderes y lideresas con valores.
Recuerdo una de las lecciones que aprendí y cambió mi forma de pensar, fue una recomendación de mi tío Julio, fallecido en 2020, él me expresó lo siguiente: “Para criticar se ocupan dos dedos: el primero que nos señala a nosotros mismos y el segundo a las otras personas”. Esa sentencia del tío me llevó a saber que, como personas, debemos ser íntegros con nuestras acciones, ser propositivos y no conflictivos, ser parte de solución y no el problema. Para cambiar este mundo debemos primero cambiar nosotros mismos.
Estos años venideros afrontaremos muchos retos como el combate a la corrupción, la reducción de las desigualdades, la reducción de la brecha de género, el fortalecimiento de los sistemas de educación y salud, garantizar la seguridad alimentaria y nutricional, el acceso a agua potable, fortalecer nuestras economías, en manera general, el cumplimiento de los derechos humanos. Desafíos que se han intensificado de gran manera desde la pandemia de la COVID- 19, así como el de la vulnerabilidad ante los fenómenos naturales a consecuencia del cambio climático.
Según estudios del Banco Interamericano de Desarrollo (BID), en los últimos
10 años, Centroamérica y República Dominicana han avanzado en materia económica, alcanzando un crecimiento económico promedio superior al 4% anual. Y según el Banco Mundial, en el caso particular de Honduras, ha registrado las segundas tasas de crecimiento económico más altas de Centroamérica, superadas solo por las de Panamá. El crecimiento del PIB del país alcanzó el 4,8 por ciento en 2017, el 3,7 por ciento en 2018 y el 2,7 por ciento en 2019, por encima del promedio en Centroamérica y muy por encima del promedio en América Latina y el Caribe (ALC).
Sin embargo, estos esfuerzos se ven contrarrestados porque resultan insuficientes. Según el BID, entre 2001 y 2018 Honduras no ha logrado reducir sus niveles de pobreza de manera sostenida; en 2018, el 61,9% de los hogares hondureños vivían por debajo de la línea de pobreza con un 38,7% de hogares en pobreza extrema. Lo que se traduce en una limitación para el desarrollo de nuestro país y una similitud en la región, según el coeficiente de Gini de la región centroamericana por el Banco Mundial.
De esta manera la juventud juega un papel crucial en la transformación de esta realidad. De acuerdo con la Secretaría General del SICA, el bono demográfico de la juventud en la región establece que 35% de la población en la región centroamericana tiene menos de 35 años. Un porcentaje importante en la población que puede marcar la diferencia en estos cambios generacionales
Puedo concluir, al celebrar el Bicentenario de la independencia de la mayoría de los países miembros del SICA y los 30 años de creación del Sistema de la Integración Centroamericana, la incidencia juvenil con formación, valores y con el propósito de enaltecer nuestra región, debe apostar en la construcción de puentes entre hermanos y hermanas para consolidar la integración centroamericana, la que es clave para el futuro de la región y que debe ampararse en el amor por Centroamérica, el amor a nuestra gente. Aunado con el deseo genuino de enaltecer nuestra región y devolver la esperanza que nos permita trabajar por una región más justa, incluyente, digna y con desarrollo sostenible.
Banco Interamericano de Desarrollo. (2019, 16 de octubre). Honduras reducirá la pobreza con el apoyo del BID. Banco Interamericano de Desarrollo. https://www.iadb.org/es/noticias/honduras-reducira-la-pobreza-extrema-con-apoyo-del-bid
Banco Interamericano de Desarrollo. (2020, 20 de febrero). El BID apuesta por renovar la agenda de desarrollo en Centroamérica para la próxima década. Banco Interamericano de Desarrollo. https://www.iadb.org/es/noticias/el-bid-apuesta-por-renovar-la-agenda-de-desarrollo-en-centroamerica-para-la-proxima-decada
Banco Mundial en Honduras. (2020, 1 de diciembre). Honduras. Banco Mundial BIRF-AIF. https://www.bancomundial.org/es/country/honduras/ overview#:~:text=El%20crecimiento%20del%20PIB%20del,y%20el%20 Caribe%20(ALC)
