Desde el origen de los tiempos, los humanos se han visto en la necesidad de interactuar, de crear lazos de comunicación que permitan una convivencia y una ayuda a la lucha por sobrevivir. Por naturaleza, somos seres sociales y según estudios científicos no podríamos vivir sin contacto con otros humanos pues esto nos llevaría a la locura.
Parte de esta convivencia se puede observar con nuestros antiguos ancestros, pese a que no existían tecnologías o herramientas que les facilitara la comunicación esta se manifestaba de formas muy diversas dependiendo de la cultura de la que provenía. Con la evolución de la industria, las telecomunicaciones y sobre todo la globalización en general se presentaron retos que nos llevaron a imponer normas y reglas para regir a los Estados. Esto con el objetivo de mantener la paz, y el respeto a las diferentes culturas, ideologías y religiones, de esa manera podremos convivir todos en armonía.
En los últimos años podemos ver cómo el mundo ha evolucionado rápidamente, a partir del año 2000 el cambio ha ido en ascenso en aspectos económicos, sociales y tecnológicos. Vivir en un mundo globalizado nos ha permitido acercarnos con mayor facilidad a otras personas, conocer sobre los diferentes tipos de pensamientos, ideologías, culturas y tradiciones, conectarnos con el mundo y tener información de primera mano sobre los acontecimientos que ocurren en cada país. Pero si bien la globalización trae consigo beneficios es importante resaltar que esto no ha sucedido en todas las regiones, la globalización ha abierto una brecha entre los países considerados de primer mundo y aquellos de tercer mundo.
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Como resultado de esto, los países con pocas capacidades políticas, económicas y tecnológicas poseen sectores marginados estos son aquellos que, debido al mal manejo de políticas públicas no tienen acceso a los bienes y servicios que una población regular debería de tener como el agua, la luz, la salud, la educación, y la alimentación, tristemente nuestra región contiene un alto porcentaje de sectores marginados. Si bien existen regulaciones de convivencia, oportunidades para el desarrollo, cooperación internacional y muchos aspectos que nos ayudan a crecer, las desigualdades siguen existiendo en todo el mundo por la falta de integración de los Estados, pero sobre todo por la falta de empatía individual pues somos nosotros los que formamos las naciones y los que podemos generar espacios de participación para el involucramiento de la sociedad.
Centroamérica es una región rica en biodiversidad, contamos con dieciséis sitios de patrimonio Mundial de la Unesco, una región agricultora con una cultura mesoamericana increíble. Sin embargo, existen muchos prejuicios acerca de Centroamérica pues es considerada una de las regiones más inseguras, violentas y con falta de oportunidades laborales; además de que muchos jóvenes comentan y expresan abiertamente su deseo por salir de sus países, el repudio que sienten hacia los políticos es evidente y esto aumenta con la falta de oportunidades para cada uno de ellos.
La economía, la marginación y sobre todo la delincuencia, sin duda, son factores que inciden en los deseos de las personas por buscar países con un índice de desarrollo superior al de nuestra región. Es muy triste saber que hay millones de centroamericanos fuera de nuestra región, personas que por estos motivos se vieron en la necesidad de salir de sus países. dejando a sus familias, a sus amigos dejando la tierra que los vio crecer. Y es que creen que quedándose en su lugar de origen no van a desarrollarse y es lamentable decir que, de alguna forma, ellos tienen toda la razón, pues las oportunidades de crecimiento son mínimas, la inseguridad aumenta y la falta de empleo también.
Es acá donde surgen las siguientes preguntas ¿Cuál es mi rol en todo esto? ¿Qué puedo hacer para cambiar esta situación? Y aunque a primera vista parezcan preguntas un poco complicadas, puedo asegurar que tenemos diversas opciones que nos permiten involucrarnos en la realidad de estos sectores y que en definitiva tendrían un gran impacto a lo largo del tiempo.
En primer lugar, debemos entender que somos una región muy diversa. Es necesario respetar los pensamientos de cada persona pues incluso en sectores de un mismo país se tienen ciertas diferencias que influyen en el comportamiento de cada uno de nosotros. Asimilar esto evitará los conflictos que muchas veces ocurren por cuestiones culturales, por aspectos políticos e incluso por aspectos religiosos.
Personalmente, no llegué a comprender esto hasta que cumplí los 12 años cuando me regalaron un libro del atlas mundial en el se presentaba, de manera resumida, toda la información de cada país del mundo; era y sigue siendo fascinante saber lo diferentes que somos, pero lo bien que podemos llegar a trabajar por un mismo objetivo. Gracias a eso me di cuenta de la diferencia entre cultura y tradición entre sociedad y comunidad entre país y región. Ahora sé que nuestro impacto comienza con la empatía y el respeto a cada persona.
Ahora bien, nosotros los jóvenes centroamericanos podemos involucrarnos de muchas otras maneras con estos sectores de manera que podamos apoyarlos a desarrollarse, esto a partir de emprendimientos sociales, organizaciones juveniles, foros, movimientos que incentiven a la participación ciudadana y sobre todo espacios de educación, espacios en los que podamos brindar información que les permita a los sectores marginados tener herramientas para poder desenvolverse de forma autónoma en una sociedad en constantes cambios, de esa manera estaríamos aportando a eliminar problemáticas sociales como la pobreza, la marginación y la migración de manera paulatina, puede que el impacto al inicio parezca una nada, pero con el tiempo esas pequeñas acciones que nosotros estemos haciendo por nuestra comunidad tendrán un mayor impacto y aportarán significativamente a nuestra sociedad.
Cada uno de nosotros somos capaces de erradicar estos aspectos que nos impiden avanzar como región, no es necesario esperar a que los Estados decidan firmar una resolución de integración para comenzar a realizar cambios. Podemos hacer mucho como centroamericanos, la región cuenta con muchos recursos que pueden ser utilizados de forma eficiente para incrementar nuestra economía, pero no solo tenemos eso, somos una región con personas cálidas, amables, trabajadoras que siempre están dispuestas a ayudar, podemos sacar provecho de todo eso, solo nos falta unirnos, exigir que nuestros Estados se comprometan y nos brinden esas herramientas que necesitamos para hacer de Centroamérica una mejor región.
Parte de esas herramientas pueden llegar a concretarse si los países comenzaran a velar por toda la región en conjunto, por resolver todas las problemáticas sociales que tenemos como región y no verlas únicamente como problemáticas de un solo país. Quiero recalcar que según el Sistema de Integración Centroamericana (SICA) el proceso de integración es “la construcción de esfuerzos comunes en diferentes áreas, que de forma voluntaria y de buena fe deciden iniciar los estados miembros que les permite lograr el máximo desarrollo de sus países y de la región en su conjunto.” (SICA, 2013)
Para muchas personas la integración significa perder autonomía y regirse por una sola persona que esté en el poder y que, por ende, se adoptarán otras normas. Pero no, la integración no significa desechar tus creencias y adaptarse a una nueva sociedad donde todos compartirán la misma cultura o las mismas creencias, en realidad la integración engloba el respeto, la empatía, la búsqueda en conjunto de la paz y el desarrollo de las naciones. Se trata de entender y respetar que nadie es igual que nadie pero que se trabajará en conjunto por desarrollar las capacidades de todos. Eso es parte del objetivo de la integración y por esa razón es nuestra responsabilidad el vivir la diversidad a través de esta para poder hacer cambios que sean relevantes en el mundo.
Desde muy pequeña tuve la fuerte convicción de querer hacer algo por la sociedad, involucrarme totalmente en mejorar los niveles de vida de las personas, de crear espacios para permitirles desarrollarse, creo que nuestra capacidad humana se demuestra cuando sentimos empatía por otras personas, mi visión de éxito es llegar a entender qué necesita la sociedad y de qué manera voy a ser partícipe de esa ayuda. Parte de mi trabajo, siendo voluntaria en organizaciones, significa todo lo que soy y todo lo que quiero hacer por mi país, por la humanidad y por todas aquellas personas que un día murieron defendiendo en lo que creían.
Parte de mi convicción sobre lo que debería ser una “sociedad ideal” se la debo a mi papá y sus enseñanzas que me han permitido entender que podemos regirnos por el amor, no solo a las personas sino el amor que ponemos en las cosas que hacemos, el amor que demostramos cuando intentamos dar lo mejor de nosotros, los sacrificios que podemos llegar a hacer por nuestra convicción.
Es por eso que siempre he pensado que ser joven no es impedimento para ayudar a nuestra región y es que hay muchos estereotipos sobre la juventud actualmente. La mayoría de adultos ven a los jóvenes incapaces de desarrollar habilidades que les permitan desenvolverse en una sociedad globalizada, parte de este paradigma es el consumo excesivo de tecnología que ven los adultos en los jóvenes, el que muchos de ellos deciden no estudiar la universidad y en su lugar, dedicarse a emprender o a esas áreas que para muchos no parece “productivas”.
Pero más bien, estas son ideas erróneas de lo que significa la productividad; pues se cree que el tener un trabajo estable, una familia y una posición importante en la sociedad es el éxito. Puedo decir que este es un pensamiento muy egoísta y que, aunque no queramos, muchos jóvenes lo hemos adquirido por el ambiente en el que hemos crecido.
El romper este paradigma es demostrar que nosotros somo el presente y no el futuro, el entender y trabajar por desarrollarnos y desarrollar a otros desde el ámbito en el que nosotros mejor nos desenvolvamos es integración, porque estamos trabajando por el cambio de todos en esa área en específico, en la que nosotros disfrutamos trabajar y que por ende no lo dejaremos a medias. Por ejemplo, los artistas aquellos jóvenes que disfrutan de pintar de hacer teatro y que están muy relacionados al arte pueden, a través de eso, contribuir a que jóvenes de otros países también se relacionen ya sea por medio de los movimientos artísticos, con creación de talleres internacionales, con seminarios y capacitaciones que les permita expresar sus ideas y su visión del mundo.
Este es un trabajo en conjunto, muchos coautores de este libro relatarán cosas absolutamente sorprendentes que nos motivarán a seguir trabajado cada día por nuestra visión de una Centroamérica unida un hecho que se ve realzado gracias al movimiento del editor de este libro, que ha logrado reunir a jóvenes con diferentes visiones, con diferentes culturas, de diferentes partes de nuestra región, pero unidos por un mismo objetivo que es el de impactar a nuestra sociedad, esto también es parte de la integración.
Tuve muchas dudas sobre la manera en la que podía expresar mis ideas y que a su vez este pudiese tener un impacto en cada persona que lo lea, dedicarse al área social es muy complicado, existen momentos en los que se llega a pensar que las acciones que haces son insignificantes para el enorme problema que tenemos como sociedad, pero tenemos que entender que quizás pensemos que las acciones que ejecutamos en este momento no significan nada, pero con los años, con las réplicas que pueden hacer futuras generaciones, los cambios irán en aumento permitiendo que para el 2050 Centroamérica se convierta en una región sostenible, con un alto crecimiento económico, con oportunidades y sobre todo, con un índice de desarrollo alto.
Es por eso que nosotros, esta generación de jóvenes tenemos que comenzar a cultivar lo que queremos cosechar en los próximos años. Tenemos que ser actores de cambio, si queremos una región integrada con oportunidades para cada centroamericano debemos comenzar a unirnos como sociedad, debemos evitar los conflictos entre países, debemos estar dispuestos a cooperar, debemos crear movimientos que involucren a más jóvenes, debemos educar y velar por esos sectores que no tienen acceso a información y que por ende, les resulta difícil comprender la realidad que estamos viviendo, los cambios que queremos generar serán el reflejo del arduo camino que tenemos que recorrer
Este texto es para inspirar a todos esos jóvenes que creen imposible influir positivamente en su región, que necesitan ese empujón para entender que son capaces de hacer todo lo que se propongan. Es también para expresar mi visión sobre lo que significa para mí integración y es que no es el fin en sí, si no los objetivos que podemos alcanzar con eso, los cambios que podemos hacer a través de ello. Aunque puede parecer una convicción muy idealista pienso que trabajando con esfuerzo, dedicación y amor podemos hacer cosas realmente sorprendentes como llegar a convertirnos en una región capaz de inspirar a otras.
Referencias:
Centroamericana, S. d. (2013). SICA. Obtenido de SICA: https://www.sica.int/ sica/vistazo/proceso.aspx
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