Juventud, liderazgo e incidencia social, claves para transformar la región centroamericana

30/07/2022
Adiliz Barrera
Panameña. Ingeniera, Gestora de Proyectos y Consultora Ambiental.

Desde niña tuve fuertes inclinaciones por el conocimiento y la participación ciudadana a través de todos los espacios que se me fueron permitidos, grupos, concursos, actividades escolares, etc., principalmente en aquellos espacios relacionados con el medioambiente. Crecí en un entorno humilde, en un alejada y pequeña comunidad de la provincia de Herrera en la Región de Azuero, en Panamá, cuna de la preservación de nuestra identidad nacional, de gente trabajadora y honesta.

En esa pequeña comunidad, la mayoría de los jóvenes no completaban la formación media; sin embargo, siempre supe que mi destino estaba más allá de los límites que mi entorno pudiera ponerme, afortunadamente también crecí en un hogar con educación y valores que me fueron inculcados por mis padres y que mis maestros reforzaron. Tuve la fortuna que las personas correctas creyeran en mí y me brindaran sus conocimientos y apoyo. Hoy día soy una profesional que ha tenido experiencia en distintas áreas de mi especialidad y he podido contribuir con proyectos nacionales relacionados con el medioambiente, específicamente en temas hídricos, monitoreo ambiental, sostenibilidad y manejo de desechos.

Al igual que yo, muchos niños y jóvenes siguen luchando por transformar las opciones que han tenido, limitadas por sus orígenes, y alcanzar todos los objetivos que se proponen a través de la educación, algo que es posible con un sistema educativo más equitativo y eficiente, que les permita desarrollar todo su potencial, que al final repercute de manera positiva en el país y en la región. Muchos se enfrentan a una realidad adversa desde sus primeros años de vida, una desventaja social que se ve marcada con los años de estudio, ya que existe una enorme diferencia entre la educación pública y privada. Los recursos estatales no son bien enfocados y no priorizan la calidad educativa. Cuando hablamos de corrupción, la educación suele ser uno de los aspectos sociales que más resiente el mal uso de los fondos estatales, lo que propicia que muchas veces los jóvenes carezcan de herramientas eficaces para aprovechar las oportunidades.

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A pesar de las dificultades, muchos jóvenes trabajan para desarrollar sus capacidades más allá de las herramientas que brinda nuestro sistema educativo y se convierten en esperanza para nuestra región, conociendo la realidad, proponen soluciones para disminuir la brecha social, se levantan como líderes que impulsan cambios sustanciales a través de pequeñas acciones que se convierten en una suma de esfuerzos con el objetivo de transformar este país en un lugar de oportunidades, similares para todos, algo que ha sido notorio en estos tiempos de pandemia en donde varias organizaciones juveniles han trabajado incansablemente para llevar educación de calidad, a través de distintas plataformas digitales, con contenido interactivo y evitando que muchos niños y jóvenes sean dejados atrás. Estos jóvenes son ejemplo de lucha, entrega, sacrificio y amor por su gente.

Elegí estudiar Ingeniería Ambiental porque era el área donde me quería desarrollar; sin embargo, con el tiempo fui descubriendo que, aunque la formación técnica es importante, también lo es incidir en la sociedad; es decir, ser capaz de trasmitir ese conocimiento técnico a otras instancias para contribuir a mejorar situaciones, cambiar prácticas negativas y ayudar en la creación de políticas públicas que beneficien el país; por ello, participo activamente en varias organizaciones gremiales, ambientales y políticas.

Soy fiel creyente que para cambiar las cosas hay que tomar acción, si algo nos incomoda, más allá de quejarnos constantemente, debemos buscar las soluciones y proponerlas. Tomando como referencia este ideal y al ver las realidades de los profesionales de la Ingeniería Ambiental en Panamá, junto a un grupo de jóvenes profesionales creamos en 2018 el Colegio de Ingenieros Ambientales de Panamá, el cual tengo el honor de presidir y cuya meta es el mejoramiento de la profesión de Ingeniería Ambiental para posicionarla como una referencia técnica en la toma de decisiones vinculadas con la materia ambiental y el desarrollo sostenible.

La creación de una organización gremial ha sido un camino lleno de obstáculos, un proceso que ha tomado alrededor de 5 años, pero gracias a la entrega, constancia y compromiso de los involucrados, ahora somos un gremio legalmente constituido que empieza a dar sus primeros pasos en la participación ciudadana, proponiendo ideas, apoyando las iniciativas que benefician al país en distintos escenarios. A nivel técnico, político y social hemos sido parte de discusiones referentes a normativas nacionales, y durante esta pandemia hemos podido brindar transferencia de conocimiento a estudiantes de Ingeniería de diferentes universidades, además de realizar alianzas con diversas organizaciones ambientales y apoyar en las actividades de intervención directa en el medioambiente.

En este camino junto a otro grupo de jóvenes fundamos la organización Jóvenes y Cambio Climático para la sensibilización y educación sobre el tema. La organización crea espacios para que los jóvenes puedan expresar sus ideas y preocupaciones sobre el cambio climático, pero también los incentiva a que participen activamente en la búsqueda de soluciones a nivel local y global.

Somos una organización diversa, con actores de diferentes áreas del conocimiento, no solo del área ambiental. Contamos con profesionales en temas sociales y educativos. Nuestros integrantes han tenido una participación destacada a nivel nacional e internacional en cumbres mundiales y regionales sobre el clima, se han destacado como conferencistas en distintos eventos y a su vez, guían las iniciativas nacionales relacionadas con el cambio climático como la propuesta de un artículo relacionado a cambio climático dentro de la Constitución Nacional, que sirvió de plataforma para la educación a los líderes políticos y permitió que tuvieran conciencia de que es un tema que nos preocupa.

Pertenecer a estos grupos y asociaciones, y a través de mi experiencia laboral en varias instituciones estatales y en el sector privado, ha hecho que sienta un profundo compromiso por mejorar aspectos del país, incluso más allá de los temas ambientales. Soy consciente de la realidad de otros aspectos sociales y políticos que son temas transversales que inciden en materia ambiental pero también en la sociedad en general, por lo que me he sumado a iniciativas políticas que buscan educar sobre aspectos constitucionales y derechos ciudadanos, y demostrar que una buena política es posible, y que los jóvenes somos capaces de transformar el país con ideas consensuadas, planificadas, y encaminadas a buscar lo que todos queremos: un país mejor para todos. Como ciudadanos somos conscientes de que se necesitan mejores políticas públicas a nivel de país y regional para garantizar que nuestro desarrollo sea sostenible y que no se deje a nadie atrás.

De acuerdo con el Ministerio de Desarrollo Social, para el año 2010, en el último censo realizado en Panamá, la población joven, comprendida entre las edades de 15 a 29 años, representaba el 24.9% de la población, con proyecciones de mantenerse constante con una leve disminución para los siguientes años, lo que significa que los jóvenes constituyen una cuarta parte de la población nacional (Ministerio de Desarrollo Social – (MIDES); PNUD Panamá, 2016).

El rol transformador de la juventud en el país y la región es de especial atención. Cuando veo jóvenes liderando iniciativas de sociedad civil en cambio climático, desarrollo sostenible, educación, política, derechos humanos y otros aspectos, destacando por su pasión y entrega a sus ideales, tanto en mi país como en los demás países centroamericanos, mantengo la esperanza de que estos líderes podrán hacer los cambios necesarios en la sociedad y que, a través de la participación ciudadana y la acción, seremos capaces de incidir en la toma de decisiones, algo que anteriormente estaba reservado para líderes políticos.

Desde cualquier arista que el liderazgo juvenil interviene, incide grandemente en la manera en que el país percibe los problemas sociales y brindan la esperanza de que una nueva generación puede hacer mejor las cosas, que somos capaces de proponer soluciones innovadoras enfocadas a lograr esos objetivos de desarrollo sostenible que como país y como región nos hemos propuesto y que requieren voluntad, más allá de recursos económicos. A nivel regional, y en Panamá, contamos con las herramientas y con personal totalmente capacitado para liderar estos cambios, pero se requiere de la voluntad de los tomadores decisiones para crear planes, proyectos y programas bien planificados y con visión a largo plazo.

Panamá es un país que, aunque tiene muchas oportunidades, también tiene muchos problemas que han sido arrastrados por años, perpetuando la desigualdad, una realidad que no es exclusiva de nuestro país, sino que es un común denominador de muchos países de la región, las poblaciones vulnerables y las minorías son quienes, en mayor medida, resienten aspectos como la corrupción, desconfianza en el sistema judicial y vulneración de derechos humanos. Crear plataformas de participación, intercambio de conocimientos y experiencias es una herramienta para que las minorías, y para que los jóvenes puedan tener un espacio representativo en la toma de decisiones y en planteamiento de ideas, el proyecto en el que se enmarca este artículo es una clara muestra de que estos espacios son importantes para que las voces de la región puedan expresarse y caminar juntos de manera integrada hacia un mejor futuro, luego de 200 años de Independencia.

Ahora más que nunca, nuestro sentido de pertenencia y hermandad centroamericano debe prevalecer, juntos hemos atravesado desastres naturales y una pandemia que ha puesto en manifiesto nuestras mayores debilidades para enfrenar situaciones adversas en todos los países, pero que también ha puesto en evidencia la solidaridad y la empatía con la que contamos. Las distintas luchas sociales que se levantan nos hacen mantener ese sentido de camaradería y entendimiento mutuo que compartimos, principalmente los jóvenes que seguimos de cerca las situaciones que pasan en nuestros países.

Es fundamental para el liderazgo juvenil crear oportunidades de desarrollo personal, mejorar el sistema educativo, incentivar la educación al máximo nivel, en donde todos podamos alcanzar nuestros objetivos profesionales sin distinción de la clase social de donde se proviene. El potencial de la juventud de nuestra región es incalculable, se hace necesario que se incentive la meritocracia y evitar que la juventud emigre en busca de mejores oportunidades; un fenómeno que seguirá existiendo si no tomamos las medidas necesarias para evitarlo.

Como joven profesional que ha crecido en un sistema con muchas barreras, que ha visto a un sinnúmero de jóvenes de mi generación atravesar estas mismas barreras de manera exitosa, estoy segura que un futuro mejor para mi país y mi región es posible, creo en el potencial extraordinario de los jóvenes que lideran diferentes acciones encaminadas a mejorar nuestro entorno ambiental y social; estos espacios de participación son una plataforma para visibilizar todas esas capacidades individuales y conjuntas que los líderes de mi generación poseen para transformar positivamente nuestra región.

Mi visión sobre Centroamérica en los próximos 20 años es positiva y llena de esperanza al conocer las capacidades con que contamos. Confío en que los jóvenes que luchamos por una transformación de nuestros países y de la región, haremos nuestros mejores esfuerzos para lograr los cambios que necesitamos y podremos enfrentar los retos que tenemos para hacer de esta región un espacio integrado, con intercambio de conocimientos y experiencias.

Es mi compromiso construir una mejor versión personal y profesional que sea partícipe de la búsqueda de soluciones en diversos aspectos de la sociedad, como la igualdad, la educación, y la construcción de un país y una región en donde la justicia, la buena gobernanza, el desarrollo sostenible, el respeto a los derechos y la libertad de todos sean garantía; además de motivar a los niños y jóvenes para que crean en sus capacidades y junto al trabajo duro puedan vencer todos los obstáculos que les impidan soñar en grande y alcanzar el éxito.

Referencias:

Ministerio de Desarrollo Social (MIDES), Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo PNUD Panamá. (2016). Juventud en Cifras. https://www. mides.gob.pa/wp-content/uploads/2014/09/Juventud-en-cifras1.pdf Panamá: Autor.

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