Desdibujar fronteras y cruzar océanos: La Juventud y la Integración Centroamericana
Estar vivos es un maravilloso regalo que debemos honrar todos los días. Cuando pienso en la juventud una rápida ráfaga de recuerdos pasan por mi mente, amigos, líderes, contextos, muchas situaciones que para quienes ya llevamos un tiempo honrando la vida, nos hacen reflexionar en lo rápido que transcurre el tiempo pero también en la fuerza de la juventud, porque también fuimos jóvenes y ahora lo somos de juventud acumulada.
Centroamérica y República Dominicana, se transformarán en la medida que las ideas y sueños de la juventud se pongan en acción. En los países miembros del SICA, el 58% de los más de 60 millones de habitantes tienen menos de 30 años. Tenemos muchos desafíos que superar, pero sin duda alguna tenemos mejores condiciones para enfrentarlos que décadas atrás. Esta región no es perfecta, los procesos están en marcha y eso quiero decirles a los jóvenes: ¡No pierdan la esperanza! ¡Nunca se rindan! ¡Nunca dejen de soñar y luchar por lo que quieren!
¿Algo les parece imposible de lograr? Con las utopías se construye el camino. Muchos jóvenes de varias generaciones atrás creímos en la paz, en la democracia y en la integración y aunque no son procesos perfectos, son perfectibles y son una base que les permite a ustedes no empezar de cero.
Por ello este libro que tienen en sus manos “La región que viene: Miradas sobre Centroamérica”, impulsado por el País que Viene, EXOR Latam y la Secretaria General del SICA es un tesoro.
Es un tesoro porque recoge las propuestas, sueños e ideas de jóvenes de los ocho Estados miembros del SICA, hombres y mujeres que representan anhelos de millones y lo más importante es su visión de esa región que viene, esa región que anhelan y por la que deben estar dispuestos a luchar, a involucrarse y trabajar cada día más, por la que debemos seguir trabajando todos. En cada uno de sus artículos podrán leer historias de éxito, superación y motivación que estoy seguro van a motivar a que muchos más se unan a asumir un lugar en la historia para así construir esa región que viene, una región llena de oportunidades para todas y todos, más justa, equitativa, igualitaria e inclusiva, sin dejar a nadie atrás.
El 2021 es un punto de inflexión, no solo estamos atravesando una pandemia, la primera de la era digital, sino que también conmemoramos el Bicentenario de Centroamérica, los 35 años de los Acuerdos de Paz de Esquipulas, que trajeron paz, estabilidad, democracia y representaron también el impulso político para la creación del SICA, el cual cumple 30 años de esfuerzos compartidos para el desarrollo de la integración en la región.
Son todos esos hitos el punto de inflexión necesario para ver hacia atrás, construir en el presente el futuro que anhelamos, uno que tiene también grandes desafíos como el Cambio Climático, por mencionar uno de tantos. Por eso considero también que una visión intergeneracional es hoy más necesaria que nunca para tener una perspectiva del ayer, del hoy y del mañana. ¡Jóvenes nunca dejen de involucrarse! En sus propósitos está transformar realidades en la función pública, en el sector privado, en la academia, en la sociedad civil, en el arte, en la cultura, en la ciencia, en el deporte, en todos los campos que contribuyan a crear una región próspera. No pierdan de vista que en Centroamérica están dos de los Presidentes más jóvenes de todo el continente.
Para una región como la centroamericana, tomadora de oportunidades, constructora de otras, la integración no es un lujo, es una necesidad inminente para proyectarnos globalmente y alcanzar mejores condiciones de desarrollo en conjunto con nuestros vecinos, quienes son nuestros mejores socios y aliados. Son muchos los avances que nos sitúan como el proceso de integración más exitoso del mundo en desarrollo.
Debemos siempre perseguir muchos más resultados, pero sin olvidar de dónde venimos y lo que hemos superado, ponerlo en valor también es una responsabilidad que corresponde ahora a los jóvenes, porque muchas de las conquistas de las que ahora disfrutamos se consiguieron en esas luchas del pasado que no debemos invisibilizar, sino valorar y estudiar para aprender lo que se hizo bien y lo que se hizo mal y puede ser mejor. Uno de mis maestros de juventud fue el venezolano Arístides Calvani, quien siempre me decía: “Vinicio, en donde no hay democracia hay que establecerla, consolidarla en donde se ha establecido y perfeccionarla en donde ha sido consolidada”, esa máxima la hago mía y aplica no solo para la democracia, sino también para la paz, la integración y todos aquellos procesos que nos permitan un desarrollo pleno y digno. Por lo que queremos para nuestros pueblos hay que trabajar un día sí y el otro también. Comprender, sobre todo en esta interdependencia tan estrecha que tenemos global y regionalmente, que nadie estará a salvo hasta que todos lo estemos, eso implica fortalecer el multilateralismo y la integración centroamericana.
A quienes me han regalado unos minutos para leer estas páginas, pero sobre todo a la juventud, quiero invitarles a que arrebatemos a las páginas de la historia la oportunidad de escribir un mejor futuro, uno en el que como bien dicen los mayas en su libro sagrado el Popol Vuh: “…que todos se levanten… no uno, ni dos, sino todos… y que nadie se quede atrás”.