En la vida de las personas hay puntos de inflexión y cambio, siempre que hay un cambio radical o súbito nace una nueva oportunidad de crear futuro, de cambiar pensamientos, actualizarse y romper esquemas. Este 2020 ha sido un año lleno de oportunidades y desaciertos, sabores amargos y soledad, muchas cosas inesperadas y para las cuales no estábamos preparados; pero en medio de la adversidad también se presentaron oportunidades.
Sin embargo, no todas las personas están listas para aprovechar esas oportunidades. Es una lástima ver cómo jóvenes con ímpetu emprendedor dejan pasar esas oportunidades por miedo a fracasar. A esos jóvenes quiero decirles que no deben temer, recuerden que el poder está en nuestra mente.
No tengan miedo a emprender, los jóvenes necesitamos aprender a ser líderes coherentes, congruentes y decididos, aportando y trabajando con denuedo para tener una región libre, justa y próspera. Dejemos de lado la apatía. La mayoría de los emprendedores tenemos sed de crecimiento, ganas de vivir en nuestros países sin abandonarlos.
En este camino necesitamos el apoyo de los gobernantes y tomadores de decisión; representantes de las instituciones que desarrollen políticas que favorezcan el emprendimiento juvenil con la mirada puesta en la integración de Centroamérica. Líderes comprometidos que trabajen con amor y entrega en sus responsabilidades.
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En el caso de mi país, El Salvador, estoy seguro de lo que debemos enfrentar y son al menos cinco realidades para iniciar un rumbo sostenido hacia el desarrollo: primero el fortalecimiento de la democracia; segundo, crear un plan nacional de desarrollo; tercero, capacidad de respuesta para enfrentar nuevos virus o enfermedades globales; cuarto, inclusión como valor importante para unirnos como región; y quinto, estímulo para el emprendimiento.
Si no supiste elegir de igual manera emprende, si te da miedo, hazlo aún con miedo ¡esa es la definición de valentía! Sé que no es una decisión fácil, pero te animo a abandonar tu zona de confort. Sé también que muchas veces necesitamos capital para iniciar un negocio, yo lo intenté una y otra vez, y esa es mi meta, sigo trabajando duro para tener mi propia empresa, pero hay muchas oportunidades de negocio donde no es necesario disponer de un gran capital, puedes dar inicio con pocos recursos económicos.
Las oportunidades demandan que estés en la calle, luchando por ellas, buscándolas. El dinero está en frente de ti, pero hay que salir a buscarlo. Desde que se inició la pandemia, mi equipo y yo hacemos home office, aquí es donde la disciplina juega un papel muy importante para mí y para mis colaboradores, honestamente te das cuenta quién se sube al barco contigo y trabaja de la mano para brindar un mejor servicio.
Es muy difícil decirlo, pero cuando fuiste empleado y pasas a emprender y te conviertes en un empresario con varios colaboradores, tu visión sobre los emprendimientos cambia; parece que logras detectar con facilidad a los nuevos emprendedores y a futuros empresarios, pero, además, al liderar a tu propio equipo de trabajo comprendes que lo importante es lograr que se sientan motivados y satisfechos con el trato laboral y con el salario.
A la juventud le animo a emprender; si quieren hacerlo, emprendan; solo tomen en cuenta que el círculo emprendedor es así: emprendes, empleas, aprenden, emprenden.
No existe una receta para crear tu propio negocio lo que sí existe en cada persona que quiere emprender es el miedo al fracaso, miedo a ese “no” que probablemente recibirás todos los días en la calle; miedo a llegar a fin de mes sin ventas. Quisiera decirte que todo será fácil; pero no es así, ojalá fuera fácil emprender sin ningún tipo de miedo, pero lo que sí te puedo decir es que el miedo es un sentimiento normal cuando tomas la decisión de emprender. Lo bueno es que, poco a poco, el miedo se domina y lo escribo con autoridad porque conozco perfectamente esos miedos.
A partir de mi experiencia sé cuáles son los pensamientos y los sentimientos que acompañan a los emprendedores. Muchas veces te sientes triste porque te fue mal y lo que demuestras en las redes sociales es que estás feliz y te va muy bien, esto es faltarnos a nosotros mismos y te da más inseguridad.
Para contrarrestar el temor debes eliminar aquellas situaciones que yo denomino “roba energías”. ¿Cómo combatirlas? Te comparto unas recomendaciones del Dalai Lama que han funcionado para mí: aléjate de las personas tóxicas; no debas dinero; cumple tus promesas; aprende a delegar; descansa y actúa; sé organizado; cuida tu salud; enfrenta los problemas, de frente; acepta lo que no puedes cambiar; perdona.
Necesitamos tener una mente libre de todo lo negativo, de personas y sucesos que nos agotan. Debemos enfrentarnos a nuestros miedos, tomando el mapa de nuestro destino. Si te equivocas, no te preocupes; siempre hay una segunda oportunidad, pero no podemos seguir con esos “vampiros emocionales”. Tal como decía el Dalai Lama, “si alguien busca un cubo para echar su basura que no sea tu mente”. La única solución es alejarse de ellos o desactivar ese impacto que pueden tener sobre nuestra mente, siempre repite en voz baja: “Esas personas o situaciones consumirán mis energías tanto como yo lo permita”.
Los emprendedores podemos conseguir oportunidades de negocio por medio de concursos, contrataciones directas, libre gestión o licitaciones gubernamentales sin pérdida de tiempo. En este sentido, la región debe caminar en la creación de políticas públicas encaminadas a propiciar la mayor participación de microempresas en los procesos de licitación de compras gubernamentales, en condiciones de pago y de contrataciones favorables para el sector pyme.
El espíritu emprendedor de la juventud centroamericana impulsado por políticas que favorezcan en emprendimiento se convierte en una combinación clave para estimular el desarrollo económico de nuestra región. Hay buenas ideas, muchas ganas de luchar y de trabajar duro. Reitero que el miedo no puede ser el obstáculo que limite nuestro potencial como emprendedores; las oportunidades están afuera para nosotros, no las dejemos escapar.